La comprensión lectora es
considerada como una competencia básica
fundamental para la adquisición de nuevos aprendizajes y para el
desarrollo personal de los escolares, siendo por tanto un elemento primordial
en la formación del alumnado, cuyo desarrollo estará vinculado a todas las
áreas.
En el desarrollo de los fines y
principios de la educación, la escuela debe proporcionar una enseñanza
eficiente de la lectura y la escritura, una lectura comprensiva para leer el
mundo y para apropiarse del lenguaje, una lectura como actividad emancipadora y
vital que incentiva la inteligencia. El alumnado ha de ser capaz de tratar la
información y comprender los mensajes y argumentos.
Para llevar a cabo este cometido,
el centro educativo ha de organizar un conjunto variado de acciones, con el fin
de afianzar hábitos lectores en función siempre de los contextos y buscando
alianzas con las familias, las bibliotecas públicas y otros agentes que
intervienen en la formación del alumnado.